FIEL RETRATO

Leo en La Gaceta: “El pasado martes, en el Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el del Congreso, José Bono, y otros próceres presentaron los retratos de dos hombres que “han contribuido a forjar una historia grande” para España: Manuel Azaña (presidente del Gobierno entre 1931 y 1933 y en 1936, y presidente de la República entre 1936 y 1939) y el primer presidente de la Transición democrática, Adolfo Suárez. Los cuadros, en formato de tondo o medallón, son obra del pintor Daniel Quintero, y si bien el de Suárez ha pasado desapercibido, el de Azaña ha causado gran estupor, porque no parece tanto Manuel Azaña como un clon mejorado de Manuel Azaña, sin arrugas, sin verrugas, sin adiposidades, con la papada más atrasada, la nariz más afilada, la cara más estrecha, la ceja más fina, el poco pelo más frondoso y de un gris radiante, como de tinte, frente a la cana fatigada, amarillenta, del prohombre”.

Vamos, que más parece uno de esos anuncios de cirugía estética del antes y el después… Simpática noticia que propicia un soneto:

Con todos los honores, el Congreso

presenta en sociedad, un gran retrato

que es símbolo de crisis y receso

y de la sobriedad del Aparato,

pues pinta esbelto a aquél, que fuera obeso,

y viendo al que era ayer, un ballenato

perder súbitamente tanto peso,

de la risa que da, te viene flato.

Bono, que es del Congreso, el Edecán

No encuentra ni un error en la pintura

Ni trampa, ni cartón, ni una artimaña,

pues de alguien que adelgaza con Dukán,

es lógico pensar, no vio la usura

de kilos, que sufrió, Manuel Azaña.