Vuelvo a escribir una crónica sobre lo que está sucediendo en twitter, la red social de microblog en Internet, que es un hervidero de comentarios de todo tipo, entre los cuales cabe la poesía, que aprovechando y sufriendo la especial característica de la limitación a 140 caracteres se vuelve muy imaginativa y ágil.
Les hablé de las semiespinelas, micropoemas, como recordarán, auspiciados por la inventiva del cantautor uruguayo Jorge Dréxler, y que no dejan de ser estrofas de cinco versos, pero con diez rimas (la mitad de ellas, internas) siguiendo la estructura de una décima espinela, pero contando tan sólo con la mitad de los versos.
Hace unos días, El gran poeta, Alfonso Abadía me mandaba un mensaje, anunciándome su intención de iniciar una serie de semiespinelas como homenaje a los instrumentos musicales. No pude esperar, y esa misma noche compuse la primera, dedicada a la viril corneta, que sirviera de reto y acicate al talento de Alfonso. Sonaba algo así:
La CORNETA es instrumento
tan cruento que te espeta,
y no respeta a tu oído:
Su sentido es el suspense
castrense de su sonido
. Así que, animado, al día siguiente volví a la carga con dos semiespinelas más, dedicadas a otros tantos instrumentos:
La semiespinela tienta
la contenta CASTAÑUELA
que suela dar el matiz,
raíz que da al pensamiento
que es instrumento feliz.
No le miento, se lo juro
ni me apuro, si comento
que lamento y que me duele
cuando muele mi sentido
su sonido, el UKELELE
Sopla el viento en tu tubera,
se acelera ya con tiento,
con tu aliento llega a meta,
y suelta agudo quejido,
sonido de tu TROMPETA
Afinan el arco y cuerda
que muerda o pellizque el marco,
surca un barco danzarín
un sinfín de agudas gotas,
bellas notas de un VIOLÍN
La intervención de Abadía, iba a provocar que yo le dedicara mi respuesta, tanto a él, como a la pandereta (¿Y por qué no? Y más teniendo en cuenta las fechas que se nos van echando encima):
A la luna más completa
la PANDERETA, la acuna
cual ninguna, y la verdad
que hace unidad, al momento
a instrumento y Navidad…
Rematando con un ulterior comentario a modo de estrambótico pareado, para no olvidar al otro gran instrumento navideño:
Mas digo, sin perder comba
que no olvido a la ZAMBOMBA.
Pasados unos días volví a la carga, ahora tocaba el turno al más grave de los instrumentos; el contrabajo:
Como todo el mundo sabe
el más grave, más profundo
y rotundo en su trabajo,
pues trajo el ritmo a su vera:
Reverbera, el CONTRABAJO
Tras sus formas generosas
hermosas, fieles, sin normas
que transformas, si la amarras
con las garras de un artista
que es solista… La GUITARRA.
Y si la agarra Abadía,
se lía, pues la GUITARRA,
en su “garra” se hace artista,
y a la vista estás conforme
que es enorme guitarrista.
La poetisa bonaerense que responde al pseudónimo de Gotitas de Colores o gotitasazules, se añadía al juego dedicando unos versos maravillosos, como todos los suyos, que pese a no responder a la estructura de la semiespinela, valían; por buenos, y porque estaban dedicados a otro gran instrumento musical:
Repiquetea el compás
en el vestido del mundo.
Con movimientos rotundos,
de la MARIMBA es la fiesta.
Hay que pedirle a la orquesta
que no descanse un segundo.
Queriendo escribirle al piano, me salió un primer intento que no encajaba finalmente en una semiespinela, por lo que no lo publiqué, así que lo hago aquí como primicia:
La cuerda, la percusión
y los dedos de la mano
se juntan con precisión
entre las notas del PIANO.
Sí, ya sé, que esto no cuela
como una semiespinela
Al final, poniéndole algo de esfuerzo y afinando el lápiz, acababa saliéndome la semiespinela:
Se concuerda la reunión
de Percusión y de Cuerda
que acuerda la genial mano
del humano equilibrista
que es concertista de PIANO
Sumemos a la ecuación
algo de viento en las venas.
Y que disuelva las penas,
el canto del SAXOFÓN;
que brille nuestra fusión
con música de la buena.
Modesto es su gran sonido
esculpido en ritmo presto
expuesto por su trabajo,
con cuajo pues es la base,
no se desfase nunca EL BAJO!
Sonido tan bien amado,
tramado suave, medido;
nacido para la mano;
hermano del buen solista;
el artista adora el PIANO
Le escribía mis próximas rimas, a la lira y la flauta:
No es mentira la adicción
y adoración que transpira,
pues la LIRA, sin excusa,
a la Musa la trastoca
la provoca y la engatusa.
Es un sonido y su pauta
de la FLAUTA tan manido,
que su ruido, sugerente,
es frecuente oír tocar,
al domar a la serpiente.
Añadía Alfonso Abadía su oda a la batería:
Ensordecen las baquetas,
pero quietas enmudecen,
luego crecen melodías,
lo sabías? esenciales,
son claves las BATERÍAS
Y remataba yo, al menos de momento, componiéndole a las maracas y a Machín (tanto montan, montan tanto…):
¿No serán paradisiacas
las MARACAS y el afán
del ademán de Machín,
que, sin fin, nos las tocaba
y evocaba otro confín?
¿Continuará?...