LA SEMIESPINELA DE DREXLER

Se ve que el cantautor uruguayo Jorge Drexler ha tenido recientemente la mala pata de romperse el peroné de la pierna derecha. Forzosamente postrado como está, estos días de convalecencia, parece haberse refugiado en la composición poética en relación directa con sus seguidores mediante las modernas redes sociales.

El cantante aprovecha la situación para cultivar la poesía junto a sus fans, en Twitter, que para el que no lo sepa, es una red social que consiste en el micro-blogging o sea, en que cada uno escriba lo que quiera, pero limitando cada intervención a 140 caracteres. Ni que decir tiene que si se quiere componer algo con cara y ojos, dicha limitación hace imposible pasar de las cuartetas, o las coplas de pie quebrado (sí, ha sido fácil para algunos compositores hacer juego de palabras, con el pie quebrado y la desgracia sufrida por el cantautor).

Así que el bueno de Drexler, ha estado devanándose los sesos para conseguir rimas más elaboradas, que entren dentro del límite atosigante de twitter. La imaginación y la capacidad para el verso del genial compositor ha dado en crear la semiespinela, que es una invención tal, que como él mismo la explica: “es una idea nomás: es una Décima Espinela condensada en 5 octosílabos para que entre en 140 caracteres. La estructura de rimas abbaaccddc se mantiene en las rimas internas en los 5 octosílabos: 1 a b 2 b a 3 a c 4 c d 5 d c”. Y pone, como ejemplo:

No hay espinela que quepa,

que yo sepa en esta esquela,

la semiespinela ostenta

su cuenta de caracteres

que muere en ciento cuarenta.

Total diez rimas en cinco versos y lo que era más acuciante, menos de 140 caracteres. Cabe recordar que ell invento de las rimas internas o en eco, no es nuevo, puesto que Góngora ya las utilizaba:

Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres muy desnudos
con dados ganan Condados,
y coronas Majestad:
¡verdad!

El primer intento que hice con la rima en eco en twitter venía a continuación pero no llegaba a ser una semiespinela, comenzaba con tono amenazador, pero acababa con una complaciente admiración:

No consigue que me raje

con su encaje de bolillos

de ovillos de áspera lana.

Y no gana, pues me traje

mi traje de envidia sana.

Así que ya sólo quedaba lanzarse a hacer la primera semiespinela. Para entonces, abandonaba la condescendencia para invadir con el tono amenazador por completo, al taimado inventor de semejante engendro que me estaba sorbiendo el seso:

Escribo semiespinela

que duela, por el motivo

en que estribo su mensaje,

que es el ultraje al traidor,

inventor de este metraje.

Para finalmente acabar de los nervios para poder encajar los 140 caracteres y las rimas:

Lucho, sudo y desespero,

que aunque esmero yo no dudo,

sin embudo el ir poniendo,

jodiendo está esta espinela

que en vela me esta teniendo…

El hecho es que este ejercicio está ofreciendo deliciosas composiciones en el entorno de la red social internetera, y está permitiendo, sufrimientos al margen, que lo pasemos estupendamente, los amantes de la poesía.