Leo una desternillante noticia en La Voz de Pontevedra.
Se ve que un ciudadano de la capital pontevedresa “según trascendió ayer, había dado los pasos precisos para adquirir un alargador de pene. La compra no la realizó directamente en un establecimiento comercial, por así decirlo, físico sino que confió en una página web de las muchas que proliferan por la red de redes.
Un buen día, lo que creía que era el alargador llegó a su poder. Sin embargo, sus ilusiones se cayeron por los suelos nada más abrir el paquete y encontrarse con que el remitente le había enviado una vulgar lupa.
Fue el 6 de enero, día de Reyes, cuando el pontevedrés se personó en la Comisaría Provincial. Su intención inicial fue la de interponer una denuncia al entender que estaba siendo víctima de una estafa telemática, extremo que comunicó a los agentes que se encontraban de servicio. Sin embargo, según trascendió ayer, una vez en la sede policial de Joaquín Costa debió pensárselo dos veces, ya que desistió y decidió volverse por donde había venido.
«Técnicamente sería discutible hablar de una estafa porque agrandar, lo que se dice agrandar, es lo que, a fin de cuentas, hace una lupa», reseñó con ironía un funcionario de la Comisaría”.
Mando una ristra de espinelas para suavizar el tema, y que no se "magnifique":
Es digno de cachondeo,
y de los que causan pupa,
el caso que nos ocupa,
que es así, como lo veo…
Ofrecían, por correo,
una oferta suculenta,
pues ponían a la venta,
aunque cueste de creer,
aparato con que hacer
al pene ver como aumenta.
Y digo que causa pupa,
sobretodo al que ha adquirido
la cosa, pues se ha sabido
que era tan sólo… ¡Una lupa!...
Y no es un timo de aúpa,
que dé lugar a demanda,
pues la verdad es que agranda
ante tus ojos el rabo,
y eso es lo que al fin y al cabo,
decía la propaganda.
Un ciudadano gallego
con su pene, descontento,
quiso adquirir el invento
y al ver esa lupa, luego,
tanto le afectó en el ego,
ese jarro de agua fría,
que enfiló comisaría
para denunciar el hecho,
y renunció, por despecho,
al ver reír al policía…
Se ve que un ciudadano de la capital pontevedresa “según trascendió ayer, había dado los pasos precisos para adquirir un alargador de pene. La compra no la realizó directamente en un establecimiento comercial, por así decirlo, físico sino que confió en una página web de las muchas que proliferan por la red de redes.
Un buen día, lo que creía que era el alargador llegó a su poder. Sin embargo, sus ilusiones se cayeron por los suelos nada más abrir el paquete y encontrarse con que el remitente le había enviado una vulgar lupa.
Fue el 6 de enero, día de Reyes, cuando el pontevedrés se personó en la Comisaría Provincial. Su intención inicial fue la de interponer una denuncia al entender que estaba siendo víctima de una estafa telemática, extremo que comunicó a los agentes que se encontraban de servicio. Sin embargo, según trascendió ayer, una vez en la sede policial de Joaquín Costa debió pensárselo dos veces, ya que desistió y decidió volverse por donde había venido.
«Técnicamente sería discutible hablar de una estafa porque agrandar, lo que se dice agrandar, es lo que, a fin de cuentas, hace una lupa», reseñó con ironía un funcionario de la Comisaría”.
Mando una ristra de espinelas para suavizar el tema, y que no se "magnifique":
Es digno de cachondeo,
y de los que causan pupa,
el caso que nos ocupa,
que es así, como lo veo…
Ofrecían, por correo,
una oferta suculenta,
pues ponían a la venta,
aunque cueste de creer,
aparato con que hacer
al pene ver como aumenta.
Y digo que causa pupa,
sobretodo al que ha adquirido
la cosa, pues se ha sabido
que era tan sólo… ¡Una lupa!...
Y no es un timo de aúpa,
que dé lugar a demanda,
pues la verdad es que agranda
ante tus ojos el rabo,
y eso es lo que al fin y al cabo,
decía la propaganda.
Un ciudadano gallego
con su pene, descontento,
quiso adquirir el invento
y al ver esa lupa, luego,
tanto le afectó en el ego,
ese jarro de agua fría,
que enfiló comisaría
para denunciar el hecho,
y renunció, por despecho,
al ver reír al policía…
4 comentarios:
Del gallego de este cuento,
comprendo la frustración,
pues fue vana solución
que no alivió el sufrimiento
por tan pequeño instrumento,
defecto que no hace pupa
mas da un complejo de aúpa
y a los pobres pichiflojos,
no ayuda que ante sus ojos,
les coloquen una lupa.
Córtate mejor, la aorta
si no mide lo que quieres,
ya que las crueles mujeres
dicen que el tamaño importa.
D. Intermitente:
Llevo una horas con ataques de risa convulsiva a vueltas con el pobre gallego y su increible gesta y se me ha ocurrido, alargando un poco el comentario que puse antes, una cosuca para publicar en mi casa.
Gracias por proporcionarme inspiración, además de un muy buen rato de carcajeo.
¡Mira que la Gente es Tonta!
¡Mira que es Fácil Timarla!
¡Mira que Pedir a "Conta"
un TRasto para "Alargarla"!
Y Muy Fino Ha Sido el Timo
y Bien Cargado de Guasa,
Puesto que Recibió "el Primo",
Una Lupa, en la Su Casa...
Si Alargar Quiere la Flauta
del Buen Maestro Bartolo
Debe Seguir otra Pauta
Y No Fiar de la Oferta,
Que Hubiera Podido él Sólo
Alargarse el Chirimbolo,
Colgando d'él Una Espuerta...
Moraleja de la Cual se Infiere
Que Se Deja Timar Sólo el que Quiere.
Muy Gracioso el Lance Amigo ImpeRTinEnTe y Muy Buenos Sus Versos También Kamerad.
Saludos
y
¡¡RIAU RIAU!!
Como ya explico en la entrada, si Tann se ha inspirado en usted, yo lo he hecho en ambos y he redundado sobre el tema. Pásese por casa y verá.
Un abrazo.
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