NO ERA CAMELLO, ERA ZORRO...

Leo en el diario Público que ha sido absuelto un “ciudadano, dedicado al menudeo de droga” puesto que suministraba “cocaína tan adulterada y de tan baja calidad, que no llegaba al límite para provocar efectos psicoactivos … La bolsita de coca que fue interceptada por la Policía hace ya varios años pesaba 387 miligramos, una cantidad nada desdeñable que llevó al detenido a ser condenado con la pena de cárcel por delito contra la salud pública en su modalidad de tráfico de drogas.

La droga solamente poseía un 11,7 % de pureza, situándose por debajo de la dosis mínima psicoactiva, hecho que ha motivado la actual sentencia del Supremo. 

El Instituto Nacional de Toxicología estipula que esta dosis sea de 0,05 gramos de sustancia pura, mientras que la cantidad incautada era de 0,045, situándola claramente por debajo del umbral de toxicidad y por lo tanto quedando fuera de la consideración de sustancia peligrosa para la salud pública”.

Vamos, que todavía estaría, el “ciudadano”, haciendo una labor social pública, al alejar a los drogadictos de las sustancias nocivas de verdad.

El tipo es un ratero de cuidado,

“camello”, vendedor de psicotrópicos,

que pone en el mercado a precios módicos,

“producto”, previamente adulterado…

Lo vende a los “drogatas”, rebajado,

a fuerza de mezclarle polvos sódicos,

minando a la sustancia, efectos tóxicos,

al punto en que la habrá legalizado,

pues ya, tan poco queda de la droga

en lo que trapichea en "el arroyo",

que cuando le han pillado y le han juzgado,

aduce el abogado, que le "aboga",

poniendo a la Justicia ante un escollo,

que no es ni droga, lo que han incautado.

Consiste su delito en tener morro,

y dictamina el juez, quizá, por ello,

que el tipo, como mucho, sea un "zorro",

ya que tiene muy poco de "camello"...