La Gaceta sostiene que Leire Pajín tuvo que abandonar el otro día, un restaurante de cinco tenedores, el Horcher de Madrid, increpada por otra clienta del establecimiento, la cual afeó su falta de "solidaridad con los recortes sociales, algo suficientemente grave como para que no acudiera a restaurantes de lujo". Posteriormente, Pajín, utilizando la Dirección de Comunicación de su propio ministerio, desmintió el suceso, con una nota en la que se decía que "el contenido, así como el propio título del artículo, es falso por inexacto" (nota que pareciera redactada por ella misma, dicho sea de paso...):
La excitada comensal
de un restaurante de lujo,
“supuestamente”, produjo
una bronca garrafal,
que hizo pasar fatal
a la ministra Pajín,
el incomodo interín
que hay, en el breve rato
que pasa entre plato y plato,
jodiéndole así, el festín…
¿No sé por qué se calienta
esa vecina de mesa?,
¿Por qué le enfada y le estresa
y se toma como afrenta
que coma en forma opulenta?
No hay ningún mal, en que lo haga si con su sueldo, lo paga.
Nómina, que los ciudadanos,
gentilmente, le pagamos
para que ella, haga y deshaga…
La economía, incentiva
gastándose su dinero,
con todo lujo y esmero,
en cocina creativa…
Si su buen gusto, motiva
que algún crítico, ladino,
la afee con poco tino…
¿No será porque la envidia
es la que mueve la insidia
contra su “morro tan fino”?
2 comentarios:
La verdad, no me lo explico,
¿morro fino usted ha dicho?,
viendo, en la foto a ese bicho
yo diría que tiene hocico.
La “finura” a la que apelo
No es la de labios y dientes
(que a algunos, pone calientes…)
sino a la busca y anelo
de un paladar de alto vuelo,
en pos del rico manjar
que se suele cocinar
en fogones y entresijos
de los restaurantes pijos
que ella suele frecuentar…
Dice usted que el aparato
que luce, parece “hocico”,
para mí, es más como el pato,
pues tiene forma de pico…
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