LOS GOYA, JIMMY JUMP, BUENAFUENTE, Y LA "VERGÜENZA"

“Me avergüenzo del tipo este, imbécil, que acaba de salir" acertó a decir Buenafuente, en la gala de los Goya 2011, después de que los gorilas se llevaran a buen recaudo a Jimmy Jump, famoso por boicotear ceremonias, actos y eventos deportivos tocado con una barretina. Segundos antes, la “seguridad” de los Goya (en el que estaban, entre otras autoridades, cuatro ministros) había permitido llegar al “tocapelotas” hasta el escenario, acercarse al atril, coger el galardón, ponerse la barretina y dedicarlo a “todos los saltadores”.

La realización televisiva hurtó la imagen, pero no el sonido, “semi-censura” que no le hizo un buen servicio a la emisión, ni impidió que todos nos diéramos cuenta de lo que ocurría. En suma, un bochornoso episodio que quedaba en el debe de la organización, que no pasaría de la mera anécdota…

Pero Buenafuente, visiblemente airado, y con una falta evidente de la mínima educación que merecía el evento, el “marco incomparable” y su “distinguida” audiencia, insultaba al individuo y acto seguido, soltaba: “Esto era improvisado, pero seguro que a nuestros guionistas se les ocurre más de una cosa que podría hacer con la barretina. A mí mismo se me ocurre una cosa que puede hacer con ella”, olvidando por un momento que no estaba en su late night show, ambiente más “gamberro” y distendido, sino en, la que se suponía glamorosa gala de los premios de la Academia del Cine Español.

Y también olvidaba, de paso, que en los años en que era el conductor de un programa en la TV3, mandó a uno de sus “imbéciles” (en aquel caso, Santi Millán) a colarse, cual Jimmy Jump pero con menos huevos, a la antesala de la ceremonia de los Oscars americanos, usando como credencial un carné del Caprabo (conocida cadena de supermercados catalanes). Por aquel entonces, la broma, le parecía más graciosa, y menos vergonzosa.

Yo no la recuerdo especialmente simpática, pero para su tranquilidad, diré que no me sentí avergonzado, como catalán, por lo que hizo Santi Millán aquel día, ni por el impresentable Jimmy Jump cada vez que hace de las suyas, ni por las tonterías que suelta, a veces, mi admirado Buenafuente.

Cada palo que aguante su vela.

No creo que sea plan

que me sienta compungido:

Nada importa, ni el desmán,

ni ofendedor, ni ofendido,

al orgullo catalán…