viernes, 9 de marzo de 2012

DONANTES

Les participo de un modernísimo y sorprendente descubrimiento médico, del cual he tenido noticia gracias al extraconfidencial.com: “El último método utilizado por un médico inglés para curar la infección de intestino por bacterias es trasplantar heces, meter caca de otras personas en nuestro organismo, vamos. "Si un paciente no mejora y sigue teniendo la infección, entonces se encuentra en un gran problema porque no existe ninguna otra técnica o tratamiento que haya probado mayor eficacia que el trasplante fecal", advierte el experto”.

Lo cierto es que por mal que pueda sonarnos el tratamiento, con él, se está combatiendo con éxito a la temibleClostridium difficile” que, como sin duda, todos ustedes sabrán “se trata de una infección que surge cuando los antibióticos destruyen grandes cantidades de bacterias del intestino y no se para de tener diarrea. Así, estas bacterias sobrevivientes gozan del suficiente espacio para multiplicarse y producir masas de toxinas que generan heces líquidas y pueden ser fatídicas depende de para quién.
 
El eminente doctor Alisdair MacConnachie consigue repoblar el intestino dañado con las bacterias sanas procedentes de las heces de otras personas, con lo que la diarrea remite y el intestino puede recuperar su actividad. El médico, “apuesta por el método sólo como última opción, ya que el primer remedio sería suministrar antibióticos al paciente”.

Lo cierto es que si se trata de que alguien te coloque su mierda, y pretenda que creas que te salva con eso y que se lo tengas que agradecer toda tu vida, evidentemente, nuestro país podría llegar a ser una potencia mundial en este tipo de transplantes. 

Se lo resumo en una humilde octava real:


Si de una diarrea palideces,
un grupo de doctores, cojonudo,
te salva trasplantándote unas heces
que cortan ese cólico tozudo…
El que manda en España, tantas veces
la caga, tan seguido y a menudo,
que fuera La Moncloa, un importante
vivero, en que obtener,… mucho donante.

8 comentarios:

Tannhäuser dijo...

D. Intermitente:

Grotesco, si, chocante, también y repugnante, desde luego, pero posiblemente cierto. Los koalas nacen sin flora intestinal y (en ellos es peor) su primera comida consiste en la caca de su madre, con la que adquieren las bacterias para poder digerir el eucaliptus.

Lo he visto en un documental ¡Puaaajjj!. Por si acaso no le diga nada al ministerio de sanidad...

Love de Pega dijo...

La noticia de la caca
es hedionda y alarmante,
pues si no hay ningún donante,
¿se habrá de hurgar la cloaca?

iMpERtiNENtE iNtERMitENtE dijo...

El Koala, ese desconocido...

La praxis nos dictamina
que ante la falta de caca
sea el doctor quien la saca
de su propia medicina.

Tannhäuser dijo...

Asqueado, frunzo el naso,
tengo la respiración
y opino sobre este caso
que ha de ser un gran fracaso
por mierda de transfusión.

Love de Pega dijo...

Queridos amigos, no sé si conocían ustedes el siguiente testamento vital. Es de Camilo J. Cela y viene muy a cuento:

Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones,
mis ojos y mis pulmones.
Que se los den a cualquiera.
Si hay un paciente que espera
por lo que yo ofrezco aquí
espero que lo hagan así
para una vida salvar.
Si no puedo respirar,
que otro respire por mí.

Donaré mí corazón
para algún pecho cansado
que quiera ser restaurado
y entrar de nuevo en acción.
Hago firme donación
y que se cumpla confío
antes de sentirlo frío,
roto, podrido y maltrecho
que lata desde otro pecho
si ya no late en el mío.

La picha yo donaré,
que se la den a un caído
y levante poseído
el vigor que disfruté.
Pero pido que después
se la pongan a un jinete,
de los que les gusta brete.
Sería eso una gran cosa
yo descansando en la fosa
y mi picha dando fuerte.

Entre otras donaciones
me niego a donar la boca.
Pues hay algo que me choca
por poderosas razones.
Sé de quién en ocasiones
habla mucha bobería;
chupa lo que no debía
y prefiero que se pierda
antes que algún comemierda
mame con la boca mía.

El culo no donaré,
pues siempre existe un confuso
que pueda darle mal uso
al culo que yo doné.
Muchos años lo cuidé
lavándomelo a menudo.
Para que un cirujano boludo
en dicha trasplantación
se lo ponga a un maricón
y muerto me den por culo.

iMpERtiNENtE iNtERMitENtE dijo...

Leyendo este testamento
de la gran pluma de Cela
pienso que en él, no recela
de que donen su excremento
en curar la cagalera,
permitiendo el tratamiento
al desdichado al que ataca,
y sanarse, con su caca…

Pues lo que afirma el autor,
sin el menor disimulo,
es que le causa pavor
que dispongan de su culo,
porque, pudiera el señor
transplantado hacer trastulo
del usufructo acordado
dando un uso inapropiado…

Mas, lo más que hacer pudiera
con sus heces transplantadas,
fuera el uso que él tuviera
para ellas, planeadas:
Cuando de vientre, se hiciera,
soltarlas bien evacuadas…
Sin afectar, imprudente,
su sagrado continente.

Tannhäuser dijo...

D. Love:

Tengo un tratado de la caca aún más completo, se titula "Los perfumes de Barcelona" y está hecho en cinco capítulos, cada uno en un metro distinto.

Trata de la caca, ambientada en Barcelona en la época anterior a que se hiciera la red sanitaria de la ciudad.

Desconozco su autor, aunque se nota que era un militar.

Si alguna vez logro hacer que el escaner funcione, prometo escanearlo y enviarlo "urbi et orbi"

Anónimo dijo...

Voy a por el ambientador...

 
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