El INCREÍBLE HOMBRE NORMAL

Rezan los carteles electorales de las Juventudes Socialistas de Cataluña (JSC), rama juvenil de los socialistas catalanes, que José Montilla es “el Increíble hombre normal”. Con estética comiquera, aparece ante nuestros ojos, cual es; un anodino hombre de traje gris, pero en realidad al modo de Clark Kent, se descamisa vigoroso, tornándose en un musculoso Supermán, eso sí, castigado por los años y la alopecia. 

Con la sorprendente campaña se nos pretende vender, de un modo peculiar, que Montilla es un ser normal. Un superhéroe cuyo principal superpoder es la carencia de superpoder. Y así se quiere minimizar el principal defecto de nuestro honorable presidente, su excesiva falta de relieve, su total carencia de carisma, intentándolo convertir en una virtud, en un rasgo distintivo.

Pero olvidan los jóvenes creativos socialistas que ese señor tan increíble, y tan normal, ha sido Presidente de la Generalitat cuatro años y que ya le empezamos a conocer. Tras ese tiempo, es evidente que esa normalidad de la que hacen gala, no ha sido naturalidad, no ha sido proximidad y no ha sido sensibilidad. Antes al contrario, la imagen del líder del tripartit, se ha caracterizado por el envaramiento acompañado de sosería. ¿Qué tiene de normal ser más tieso que un palo?, ¿Era normal Buster Keaton?

Y puestos a rebuscar superpoderes para este nuevo superhéroe sabemos que:

• No vuela: Puesto que sus expectativas en las encuestas predicen algo más parecido a un “aterrizaje brusco”, que no a un despegue hacia las nubes…
• No tiene supervista: Ya que no ha sido muy sagaz, Montilla eligiendo a sus socios de gobierno, o manteniendo contra viento y marea a Saura en su cargo a pesar de sus constantes escandaleras, o apostando todo a la carta de un Estatut en el que ahora nadie cree, o propiciando una manifestación de rechazo a la sentencia del TC, que luego se volvió en su contra, o defendiendo un federalismo en el que nadie apuesta, o blandiendo una ley de financiamiento que no acaba de arrancar y que se consideraba insuficiente antes de empezar. O eligiendo de número dos al Sr Corbacho, que pasa por haber sido uno de los peores ministros de nuestra historia democrática. El hecho de que en estos días, se desdiga de iniciativas que han sido bandera de su acción de gobierno, como la reducción a 80km/h de los accesos a la capital, y las multas por la rotulación en castellano no contribuye a pensar que “el increíble hombre normal” tenga ni supervista, ni superpicardía.
• No tiene supervelocidad: Esto se desprende de que haya esperado a los últimos meses de su larga legislatura (agotará hasta el último día de sus cuatro años…) para preocuparse por un sinfín de temas importantes como la ley electoral, o activar leyes de ordenación territorial, a salto de mata, como la de las vegueries, o regular el cine en catalán en contra de toda la industria del sector, o exigir un nivel de catalán determinado a los profesores en la Universidad, también a la contra, hasta el punto de tener que recular. La recientísima iniciativa de emisión de bonos, solamente dos meses antes de las elecciones, es el culmen de la “lentitud” de planificación de su gobierno.
• No es muy hábil en la lucha contra la injusticia: Como lo demuestra el hecho de que sea el presidente del paro-récord en Catalunya, ayudado por la políticas seguidas en Madrid por su acólito Sr Corbacho, o que, como anuncia Cáritas, haya conseguido la triste plusmarca histórica de que 1 de cada 4 catalanes sea pobre.

Al albur de todos estos datos parecería que el único poder que adorna a Montilla tendría que ver con tener una piel invulnerable, porque a veces parece que todo le resbala. Así que después de este repaso, diría que el Presidente de la Generalitat, espero que por poco tiempo, tiene mucho más de increíble, que de normal…