Parece que la visita del Santo Padre a nuestra ciudad condal está levantando ampollas entre las filas de los “tolerantes” laicistas. Por citar un par de las últimas, el Secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós sostiene, en unas polémicas declaraciones, que “entre el imán de Lleida y el Papa me lo pone difícil para escoger; son dos versiones bastante retrógradas y conservadoras de sus propias religiones. En este sentido, ganaría el imán de Lleida". (Cabría poner en antecedentes de quién es este famoso personaje en Lleida: Imán salafista (una de las ramas más integristas del Islám), que al parecer está denunciado por polígamo, y por malos tratos, que por lo que se ve, aspira a instaurar un régimen islamismo en nuestras tierras. Una joya). La manifestación del tal Amorós, completamente desafortunada, ha sido rápidamente reprochada por su jefa, la Consellera de Treball, Mar Serna, que le ha desautorizado, recordándole que "Los dos son dirigentes espirituales, pero el Papa tiene un elemento añadido, que es jefe de Estado", yo añadiría que mientras uno es el líder espiritual de una comunidad pequeña, provinciana y marginal, el Papa es el líder espiritual de 1.166 millones de católicos repartidos por el mundo,… y además es jefe de Estado.
Pero más absurdas si caben son otras reacciones de este frente laicista-tolerante. Éstas vienen de una tal Eva Fernández, presidenta de la FAVB, que no es la Federación Alavesa de Voleibol (que sería algo…), sino una Federación de Asociaciones de vecinos de Barcelona (que es algo más etéreo). Declaraciones que son un cúmulo de tonterías lamentable, que me hacen afirmar, como vecino de Barcelona que soy, que no me siento para nada, representado por dicha Federación, que por otro lado no sé de dónde ha salido, de qué modo han sido elegidos, ni porqué motivo.
Entre otras lindezas, sostiene la Sra. Fernández que la visita del Papa es “controvertida porque mucha de la ciudadanía en Barcelona no es católica ni creyente, no considera al Papa su pastor ni se considera su oveja”. No es capaz de entender (ni tolerar) que el principio de controversia al que alude (discusión de opiniones contrapuestas) significa que otros muchos vecinos de Barcelona, a los que desde su Federación se quiere ignorar, sí consideran que el Papa es su “pastor” y esta visita es de su agrado. Y que tales vecinos, merecen el mayor de los respetos de una Federación que dice representarles.
Y sigue diciendo “En un momento de crisis económica que golpea a tantas personas de nuestra ciudad, entendemos que es necesaria una política de austeridad y contención de gastos, muy lejana de los fastos que se prevén para esta visita”, “las medidas de seguridad que representan esta visita supondrán molestias y una reducción de la movilidad y la libre circulación de vecinos y vecinas de diversos puntos de la ciudad, en especial, los del barrio de la Sagrada Familia”. Es encomiable la preocupación de esta Federación por la contención de gastos, y me pregunto, cuál fue su posición cuando nuestro Ayuntamiento, por poner un solo ejemplo de muchos, decidió cambiar todos los semáforos de la ciudad en un dispendio terrible. Entonces no se oyó la firme voz de la ínclita Sra. Fernández escandalizándose por el gasto inútil. Me pregunto cuál fue su posición cuando la multitudinaria manifestación contra la Sentencia del Tribunal Constitucional afectó la libre circulación de vecinos (y vecinas) en diversos puntos de la ciudad. Entonces no escuchamos sus quejidos lastimeros contra la congestión del tráfico rodado en la zona.
En cambio sí que recuerdo a su Federación reprobando a otros vecinos, que al parecer no son dignos de que se les defienda, cuando emprendían acciones reivindicativas (equivocadas o no) en salvaguarda de sus derechos… Sí que recuerdo a su Federación organizando sectarios “debates” electorales de alcaldables en los que se vetaba a determinadas formaciones políticas en absurdos intentos de favorecer a otras… Sí que recuerdo a su Federación poniéndose de lado de los anti-sistema y criticando la actuación de los mossos en la reciente Huelga General. Éstas son unas muestras de la “pluralidad” y la “enorme” representatividad de la FAVB.
Los costes de la visita del Papa a Barcelona, han sido calculados en 700.000 euros, de los cuales se van a sufragar como mínimo 400.000 mediante donaciones de particulares y asociaciones. En cuanto a los costes del aseguramiento de Seguridad, no incluídos: Se prevé la presencia de cerca de 40.000 barceloneses en el perímetro de la zona que albergará la celebración. ¿Hay alguien lo suficientemente memo (descartando a las personas de la FAVB) que previéndose esa afluencia no crea que sean necesarias unas medidas de Seguridad acordes con su magnitud?, ¿Creen que un evento con 1.800 voluntarios, 37.000 asistentes fuera, 6.500 personas dentro, 22 pantallas gigantes, sin contar la presencia de ciudadanos en las calles durante el trazado de la comitiva, no tiene la suficiente entidad como para que el Ayuntamiento y la Generalitat se lo tomen en serio?, ¿No es bueno que sea televisado? Será un evento con un seguimiento mediático que llegará a una infinidad de países (3.000 periodistas acreditados). Un acto de promoción incalculable para la ciudad y para un templo, La Sagrada Familia, que hoy en día, sirve de reclamo a cerca de 3.000.000 de visitantes para nuestro sector turístico, y cuyo mejor conocimiento mundial merecería una implicación mayor (improductivos debates religiosos al margen…) de algunos componentes del poder de la Ciudad y de la Generalitat que no están estando a la altura. Porque nos va mucho en ello. A creyentes y a no creyentes.
Estos preocupados prebostes ciudadanos "tripartianos" que hoy critican desde su "tolerante" laicidad, que se gasten 1,8 millones de nuestros euros (gasto final de la visita papal, incluyendo la seguridad, la habilitación para la prensa internacional, y la transmisión televisiva), son los mismos que subvencionaron, con 1 millón de nuestros euros, el rodaje de la película de Woddy Allen “Vicky, Cristina, Barcelona”. Los mismos que se gastaron 1,2 millones de nuestros euros en una campaña para promocionar Barcelona... ¡a los propios barceloneses!. Los mismos que emplearon 1,4 millones de nuestros euros, para montar una exposición, que fue visitada por la friolera de 2.700 ciudadanos. Los mismos que despilfarraron 3,17 millones de nuestros euros, en la consulta ciudadana que sirvió para dejar la Diagonal como está. Los mismos que se gastaron 13 millones de nuestros euros, en informes de dudosa utilidad. Y los mismos que dilapidaron 80 millones de nuestros euros, en cambiar unos semáforos que funcionaban, por otros nuevos.
Y me gustaría saber, curiosidad morbosa, cuántos de nuestros euros van a parar a la dichosa FAVB.
1 comentario:
Veo que eres tan bueno en la prosa como en la rima (si no mejor, todavía). Firmo letra por letra tu entrada si me lo permites. Sigue así, repito. Saludos.
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