SEÑORITA TRINI

Han puesto el grito en el cielo, las compañeras de Trinidad Jiménez, porque Alfonso Guerra, hizo unas declaraciones expresandose en estos términos: “Ganó el señor Gómez  y los que le apoyaban y no ganó la señorita Trini, y los que le apoyaban”. Han querido interpretar las ministras de cuota estas palabras como peyorativas por su condición femenina. Algunas, han criticado la costumbre de los años 50 de referirse a las mujeres solteras como señoritas. Otras, han intentado aumentar el volumen del pastel en una actitud revanchista, al no aceptar decorosamente la derrota en las primarias. Lo cierto es que la reacción ha sido exagerada. Alfonso Guerra ha rectificado posteriormente, aprovechando para apuntar que la fórmula es un tratamiento de cortesía, y en modo alguno la ha utilizado como insulto y que así, la recoge el diccionario. Pero ya puestos en el diccionario, creo que la clave del enfado, más que en la razón sexista está en la clasista. Esto motiva la composición de un trío de espinelas, que les escribo a continuación.

DEL DICCIONARIO DE LA RAE:

señorito, ta.

(Del dim. de señor).

1. m. y f. Hijo de un señor o de persona de representación.

2. m. y f. coloq. Amo, con respecto a los criados.

3. m. coloq. Joven acomodado y ocioso.

4. f. Término de cortesía que se aplica a la mujer soltera.

5. f. Tratamiento de cortesía que se da a maestras de escuela, profesoras, o también a otras muchas mujeres que desempeñan algún servicio, como secretarias, empleadas de la administración o del comercio, etc.

Pues han cogido tal perra

las ministras de la cuota

que anda en Ferraz, más bien rota

la paz, pues están en guerra.

Guerra contra Alfonso Guerra:

Don Alfonso, ¡Qué mal bicho!,

“Señorita Trini”, ha dicho

hablando de Trinidad.

Y la frase, es la verdad,

que la pone en entredicho,

pues al estar desposada,

para Guerra, fuera hora,

que le llamara ”señora”,

que es la fórmula adecuada,

de tratar a una casada.

¿O es que se quiere insinuar,

sin decirlo (perro viejo),

que es, hija de Villarejo,

una hija de papá

de la alta sociedad?

Si la maldad es “social”

y parece que así era,

toda esta escandalera,

corporativa, sexual,

está fuera de lugar.

Así, ministras queridas,

abandonen las paridas,

que la discriminación,

es la que les da el sillón.

Estén, pues, agradecidas…

Sin esa barbaridad

de la ley de paridad

más de una, volaría…