Al poco, mi asombro creció, cuando la Directora General de Medio Natural de Catalunya del tripartit, la Sra. Núria Buenaventura, militante del partido ecologista-comunista, ICV, votante de la prohibición, fue investigada desde la Fiscalía de Medio Ambiente, por autorizar la increíble cantidad de 3.300 licencias para cazar jilgueros, pardillos y verderones, pájaros protegidos, con el método cruel de utilizar pegamento cerca de sus nidos.
Hoy, su sucesor en el cargo, el actual Director de Medio Natural y Biodiversidad de la Consejería de Agricultura, Josep Escorihuela, de CiU, ha propuesto capturas, controladas, con arco y flecha en horario nocturno para reducir el número de jabalíes en Barcelona (que aparte de ser la capital catalana, resulta que es la zona de seguridad del Parque protegido de Collserola, y por tanto, en toda ella, no está permitida la caza con armas de fuego). Se trata de una forma de captura mucho más discreta de cara a los vecinos, pero, también es cierto que, según organizaciones ecologistas, que se oponen, durante una batida nocturna, el margen de error es muy alto, por muy expertos que sean los tiradores, y los animales sufrirían mucho tiempo si se marran los tiros…
La medida hará las delicias de los 100.000 cazadores catalanes con licencia, pero volverá a desmontar la pretendida pose animalista de la Cataluña "prohibidora de las corridas" y la Barcelona "capital antitaurina". Todo aquello queda hoy en milonga politiquera.
El genial Quim Monzó, con su habitual sorna, en su columna de LaVanguardia, ha encontrado la parte productiva a la propuesta, si se mira desde el punto de vista turístico: “…siendo Barcelona una ciudad chupiguay, no sería mala idea montar un servicio municipal de alquiler de arcos y flechas. Algo así como el bicing pero con saetas. Te acercarías a la estación más cercana, desengancharías un arco y diversas flechas y te irías entonces a Vallvidrera; a la fuente de la Budellera, pongamos. Allí cazarías cinco o seis jabalíes y te los llevarías a casa para merendar. No me negarán que la propuesta es digna de un Ayuntamiento como el barcelonés, emprendedor a la par que creativo. Eso sí, para ser de verdad un servicio sostenible, el nombre debería estar en inglés macarrónico. Si al de alquiler de bicis lo llaman bicing, al de arcos y flechas lo podrían llamar fletxing. Además, sería una nueva oferta que aún atraería más erasmus y turistas a Barcelona, que –según dicen los que mandan– es lo que todos ansiamos. Además, siempre cabe la esperanza de que a algún practicante del fletxing se le escape una flecha y, en vez de acabar en el corazón de un jabalí, acabe en el de un turista de esos que, tras dedicar la mañana al fletxing, por la tarde van al Museu Picasso con la camiseta de los Lakers o del Bayern y los sobacos al aire”.
No se puede decir mejor.
Del pecado a la virtud...
¡Qué pronto que hemos cambiado,
de ecologista afamado
al arco de Robin Hood!:
¿Qué es lo que nos ha pasado?,
Que no importa si se apiola,
con dolor, a algún jabato
y con el dardo en la gola
esté sufriendo un buen rato,
si no es "costumbre española"...
2 comentarios:
Habéis estado acertado
y con crítica acerada,
pues los toros han quitado
de forma tan descarada
por ser fiesta del Estado.
Pero es cosa de ignorantes
que llegan a ser cencerros,
pues que aquí ya había de antes
el maltrato de becerros,
mas no es cosa de emigrantes.
¡Hombre! ¿También Por Aquí?
Lo Vuestro es de REVISIÓN,
Mi Buen Amigo Galeón...
¿Ahora la Crítica Espera
a la Mosca Cojonera
que Versea por Afición?
Espero que no Sea Así,
porque cual un Jabalí
daquesta entrada Certera,
Ganéis SAeta, de mí...
Saludos Amigo Impertinente y Tened Cuidado Con los "Galeones Piratas",
que os Puede "Traumar" con sus Simpáticas CRÍTICAS!
Un SAludo y ¡¡RIAU RIAU!!
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