¿LOS CORREBOUS SÍ, Y LAS CORRIDAS NO?

Cuando aún no se han apagado los rescoldos de la discusión ético-estético-ecológica omnipresente en los principales medios de comunicación catalanes, por mor del “ingente, necesario e ineludible” debate en el Parlament sobre la Iniciativa popular para exigir la prohibición de la fiesta de los toros por estos pagos, nuestros incomparables representantes políticos se desmarcan con una urgente iniciativa de blindaje al “correbou” para protegerlo de cualquier daño colateral que pudiera ocasionarle este proceso de persecución a las corridas en nuestra Comunidad. No fuera el caso, que luchando contra una fiesta imperialista, se llevaran por delante una autóctona.

Si para votar la ILP abolicionista antitaurina, el voto fue secreto y libre de la disciplina de los partidos, para llevar al éxito la iniciativa de CiU de blindar al “correbou” los partidos dieron la cara, significándose todos a favor, menos ICV.

Usando un principio de coherencia, que desgraciadamente, no suele funcionar cuando hablamos de criterios de políticos, la cosa pintaría bien de cara a las votaciones finales acerca de la ILP de marras. PSC, PP y Ciutadans han anunciado que votarán en contra de la prohibición, si los representantes de CiU y ERC se comportaran como lo han hecho hoy, no se prohibirán las corridas en Catalunya, pero bien podría suceder lo contrario, y evitado el peligro de los efectos políticamente nocivos, pueden estos partidos arremeter contra ellas con mayor tranquilidad.

Por otro lado, el la urgencia del reglamento de blindaje a la fiesta autóctona, desenmascara a todos aquéllos que nos explicaron la milonga de que esta iniciativa no tenía motivos políticos, sino puramente éticos y ecologistas.
Los argumentos en contra para las corridas, valen para el “correbou” (incluye los bous a la plaça, bous al carrer, bou embolat, bou capllaçat y las exhibiciones de habilidades).

Decir que estas fiestas a diferencia de las corridas, no causan la muerte del animal, es mentiroso, o tremendamente ingenuo. ¿Dónde se creen que acaba el toro del “correbou”, una vez los mozos y mozas se han divertido con él, señores de CiU y ERC?, ¿Se piensan que van a parar a un almacén de residuos nucleares taurinos? Naturalmente que estas fiestas causan, de modo inevitable, la muerte del animal… solo que se lo apartan de sus castos ojos, o más bien, que ustedes miran para otro lado. Una vez los toros han participado en eventos de este tipo, dejan de tener utilidad para otra cosa que no sea la venta de su carne… Por lo que, desde ese momento están sentenciados. No pretendan los políticos en Catalunya hacernos comulgar con ruedas de molino.

Y entre todos esos espectáculos taurinos, me quedo con la ética, la estética y la plástica de una buena corrida, antes que con el desorden popular y fiestero del “correbou”. Pero es cuestión de gustos.