martes, 23 de febrero de 2010

LOS INDICADORES INDICATIVOS

Siguiendo un sabio consejo, para calmar mi proverbial pánico a volar, (más bien terror a meterme en un avión) me dijeron un día que intentara escrutar en la cara de las azafatas la eventualidad de la tragedia. Lo cierto es que desde entonces, teniendo como indicador el rostro de la auxiliar de vuelo de turno, me tranquilizo..., no sé si porque eso me tranquiliza, o porque simplemente dejo de pensar en el avión, para pensar en toda la serie de muecas, gestos, respingos, sudores y sonrisitas que hace cada azafata que pasa a mi vera por el estrecho pasillito. Un efecto secundario es que ahora no solo tengo miedo a volar, sino a que la chica del vuelo no tenga más tics que Quim Monzó en día de examen.


Viene todo esto a colación por aquello de los indicadores que los expertos toman como determinantes para valorar nuestra economía… Pues bien, yo la cara de la azafata en la que me fijo para saber si estamos delante de una crisis morrocotuda tiene una doble faz: ¿Qué tal le va al Corte-Inglés? y ¿Qué tal le va a Zara? Dos de los gigantes que auxilian el vuelo de nuestra depauperada economía.


El primero, porque es el exponente de la transversalidad económica de nuestro mercado. En el Corte-Inglés (CI) prácticamente se vende de todo, y se vende, por lo general, muy bien. Lo cual quiere decir que de esa cadena, dependen no solamente los industriales que fabrican el género que allí se vende (ya he dicho: Todo), sino los industriales que fabrican las piezas de lo que allí se vende, y los industriales que fabrican las piezas de las máquinas que fabrican las piezas de lo que allí se vende, y etc, etc… Pues bien, a finales del 2008 el CI anunció una caída de ventas por primera vez en su historia, y esto sí que era premonitorio de que algo gordo estaba pasando. Era la constatación de la bajada de consumo, y por ende de la falta de dinerito de las familias españolas. Pero la caída no se ha detenido ahí, y se dobló  en en el año pasado... veremos éste, glups.

El segundo, Zara, es el paradigma de la competitividad y el "imasdé" patrio (aquello que dicen los economistas que debemos mejorar para que nuestra economía sea productiva en el futuro). El conglomerado de empresas de Artejo tiene, gracias a su fantástica organización, la capacidad de adaptarse al mercado prácticamente en horas, lo que es la envidia de todo su sector. Zara no invierte en publicidad, la publicidad son sus escaparates, sus tiendas. Por ello, disemina sus establecimientos en las mejores calles de las diferentes ciudades. La elección del lugar es clave, no solamente porque es donde mejor se vende, sino por el efecto marketing. Sabiendo esto, se puede decir que cerrar una tienda para la empresa de moda gallega es un retroceso doble, prácticamente una herejía. Pues bien, Zara está cerrando muchas. Otro factor diferencial de Zara es que aprovecha prácticamente todo, y fabrica casi “por encargo”, retirando productos si no se venden en menos de una semana, y aprovechando el material rechazado para confeccionar otras prendas que se ponen a la venta lo antes posible. Pues bien, Zara está cerrando las tiendas-Zara, y abriendo tiendas-Lefties, una submarca de outlet. Con eso, no solamente Zara pierde fuerza como marca y vende menos, sino que evidencia que tiene stock como para preocuparse por crear otra marca para vender sus “sobras” a precio más barato (todavía más).

Éstos, para mí, son indicadores de que la que tenemos encima es gorda. Como para preocuparse

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