La creación de los superhéroes de ficción, aquellos personajes que invadieron las viñetas de los cómics de nuestra infancia, tiene mucho que ver con el momento histórico en el que vieron la luz. Así, Superman fue creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1933, publicándose su primera aparición en el 38. Batman, creado por Bob Kane, aparece por vez primera en el 39. La gran depresión americana, ocasionada por el crack del 29 sume el país en una profunda crisis económica durante toda la década de los 30, y especialmente intensa en el 34. Eran tiempos en los que la gente necesitaba de héroes cotidianos, gente que arrimara el hombro, que echara una mano. En el 39 se inicia la Segunda Guerra Mundial, que había tenido su preludio en la Guerra Civil Española. Fueron conflictos que tuvieron su origen en la crisis y en el florecimiento de las ideologías extremas, los nazis y los comunistas, al albor de esta situación difícil. El Capitán América fue un superhéroe creado por Jack Kirby y Joe Simon en 1941 con el sano objetivo de incentivar el patriotismo en aquellos tiempos.
Una vez ganada la guerra, llega una década, la de los 50, que fue mala para los superhéroes. La sociedad americana salía de la depresión, eran tiempos de esplendor, y sobraban los héroes, los soldados que habían salvado al mundo de la amenaza de los nazis alemanes habían vuelto a casa victoriosos. La censura Mcarthista acabó de minar al noveno arte, que no vivió su mejor etapa.
Con el cambio de década, en los 60, se produce un desencanto en la sociedad americana. La amenaza constante de la Guerra fría tiene su punto culmen en la crisis de los misiles de cuba que a punto estuvo de dar lugar a algo más gordo en 1962. No es casual que por entonces, en el 62, naciera otra camada de superhéroes que revitalizó el género. Spiderman, creado por Stan Lee y Steve Ditko es uno de los exponentes, junto con el grupo los 4 fantásticos, creados por el mismo Stan Lee y Jack Kirby.
A finales de la década, en el 68, se produce con el mayo francés un fenómeno por el cual los jóvenes se convierten en una categoría socio-cultural logrando su reconocimiento como un actor social a través de las tribus urbanas, e ídolos musicales de la época como los Beatles y los Rolling Stones. Éstos serán los nuevos héroes, que tienen bastante de cotidianos y pocos superpoderes. La década de los 70 vuelve a ser mala para Batman y compañía.
Los 80, 90 y la primera década del milenio marcan el inicio de la relación de los superhéroes del cómic con el mundo del cine, lo que supone un salto cuantitativo en cuanto a su promoción. La primera aparición de importancia la da Supermán, de Richard Donner en el 78, la mejor película de Batman es la de Tim Burton en el 89, Spiderman inicia su saga en el 2002, y los X-Men han protagonizado una serie de películas iniciada en el 2000.
Viene todo este rollo, aparte de para hablar de cómics, que es un tema que me apasiona, para hacer notar que la gente, cuando van mal dadas, tiende a buscarse héroes, aunque sean falsos. Pues bien… no van bien las cosas. Y la gente necesita héroes. Y en la era de los “realitis” ya no los queremos en papel, o en la pantalla, no, nos los estamos buscando de carne y hueso. Ha nacido de un tiempo a esta parte un fenómeno, que si no fuera porque nace de la mala situación que vivimos, por la deficiencia de las instituciones, y de la falta de fe en el sistema, sería además de grotesco, gracioso. Bueno qué caray, es gracioso.
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