Al final, ha quedado demostrado que la prohibición de las corridas en Catalunya, tenía bien poco de defensa animalista, y muy mucho de vendetta nacionalista. El hecho de que la prohibición fuera aprobada pocos días después de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, y el reciente blindaje al correbou, no hacen más que confirmar esta triste idea.El poder aquí, prohíbe las corridas
a quien puedan parecerle entretenidas.
Pero en cambio, ejercitando gran cinismo,
con el correbou no osa hacer lo mismo.
¿Los que entonces defendían animales,
pensarán que somos todos subnormales?
a quien puedan parecerle entretenidas.
Pero en cambio, ejercitando gran cinismo,
con el correbou no osa hacer lo mismo.
¿Los que entonces defendían animales,
pensarán que somos todos subnormales?
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