A mediados del pasado mes de octubre nos hicimos eco de la “atrevida” promoción pre-electoral de las juventudes socialistas catalanas, en las que al sufrido José Montilla, le enfundaron en unas estrechas mallas de superhéroe. Quién podría prever que estábamos ante de un preludio de lo que iba a ser una tórrida campaña. Se inició la contienda electoral hace unos días, con exabruptos, por parte de ERC con un Joan Puigcercós bramando, lastimero, contra la “fiesta fiscal madrileña”, y soltando que en “Andalucía no paga ni Dios…”. Una salida de pata de banco, que si bien criticó todo el mundo, acabó por situar el nivel de los demás, como si hubieran estado esperando a ver quién se decidía a ser el primero en mear fuera del tiesto.
Es lo que tiene que según las encuestas, el vencedor esté decidido hace meses. La poca perspectiva de éxito de los demás, les ha imbuido la irresponsabilidad del seguro perdedor. Y como no están las cosas como para inventarse (de modo creíble) indecentes promesas electorales (como de hecho, es la costumbre en las campañas políticas) a los partidos les ha dado por competir en ver quién alcanza a ser más obsceno y más grotesco. El premio, conseguir que se hable de ellos, aunque sea mal…
El PSC, coge el testigo, promocionando “el placer de ir a votar”, con un video en el que una chica consigue llegar a un sonoro orgasmo, con el mero gesto de meter su papeleta en la urna. A continuación, Alicia Sánchez Camacho, del PP, salta a la palestra protagonizando un videojuego en el que, subida a lomos de una gaviota gigante, llamada Pepe, sobrevuela Catalunya disparando a diestro y siniestro, contra independentistas e inmigrantes ilegales (posteriormente ha tenido que corregir, inmigrantes por mafias). Su antigua compañera, Montserrat Nebrera, ahora líder de Alternativa de Govern, protagoniza un video en el que, supuestamente, después de un orgasmo, (incluso más largo y placentero que el del video del PSC) sale a nuestro encuentro, con una toalla cubriendo sus turgentes carnes, mientras, muy seria, dice: “si hubiéramos querido hacer un escándalo para salir en los medios de comunicación, yo me habría quitado esta toalla…pero nosotros pensamos que en política, no se vale todo…” pues menos mal…Es natural que en este caldeado ambiente, el travestorro Carmen de Mairena, se sintiera como en su salsa y protagonizara un pseudo-striptease en la elitista Universidad Pompeu Fabra, en el transcurso de un mitin de su partido, la CORI. El líder de esa formación, Ariel Santamaria, que por cierto, es un señor que va por las calles disfrazado de Elvis Presley con barretina, declaró al final del acto que “los demás partidos hacen lo mismo”. Todos menos Convergència i Unió, que pretendía hacer una campaña de perfil bajo, y está quedando perpleja y un tanto desplazada de todo el circo que se ha montado.
Los del programa humorístico Polònia, deben estar temblando, porque si siguen así, va a ser más divertido contemplar a los políticos directamente que a sus parodias. Lo que es yo, a este paso, cuando vaya a votar, voy a sentir algo parecido a lo de la chica del video del PSC, que cuando esté metiendo la papeleta en la urna, voy a tener la sensación de que me la están metiendo, pero doblada…
¿Qué pasa a los partidos catalanes
que caen tan comúnmente, en la indecencia?,
¿Por qué les falta tanta inteligencia,
¿Por qué, toda esa sarta de desmanes?...
Campaña que creerán que es muy simpática
y en cambio, me parece tan ridícula
que creo que me afecta la vesícula,
al ver como resulta de patética…
Deseo que termine, al fin, la historia
y dejen paso a los profesionales
del baño en pestilentes lodazales:
Sopena, y los demás que hay en La Noria.
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