He dejado que pasaran unos días, porque el tema de tan manido y facilón, hace que a la mínima se caiga en la demagogia a cuatro patas. Me refiero al voto negativo de casi todos los eurodiputados españoles para cambiar sus vuelos de business a turista con el objetivo de ahorrarle unos euros a las arcas europeas…
Estoy sopesando las razones esgrimidas por Alejo Vidal Quadras, al que tenía por persona muy inteligente, y creo que su energía y empecinamiento en la defensa de esta postura, es una torpeza no digna de él, máxime en el contexto de crisis galopante y de recortes de derechos y logros sociales, ejercido por nuestros gobiernos ante la presión europea. Aquel voto, era difícil de comprender y quemarse justificándolo, una auto-inmolación pública. Pero, en medio del buenismo totalitario y el correctismo político que invade a nuestros representantes, ¿Cómo puede ser que los europarlamentarios, de todos los colores y signos, se hayan empecinado en el asunto?...
Puede que ayude a comprender esa postura, saber que hasta hace bien poco, los eurodiputados recibían, todos, la misma compensación en concepto de desplazamiento, con la que se costeaban sus viajes, ya fueran en business o en turista o en burro, y que para reducir gastos, la Eurocámara, ya había decidido que se iba a pagar, exclusivamente, el precio real de los viajes que hicieran los diputados previa presentación de las correspondientes facturas. Además, acompañando la medida se habían conseguido unos paquetes de descuentos con las diferentes compañías aéreas, del orden del 40% (logro obtenido, entre otros, por Alejo Vidal-Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo). En conjunto, una medida que obtenía un ahorro considerable, y en cambio no reducía las condiciones de los viajes de ningún eurodiputado, ni obligaba a nadie a viajar como no quería.
Uno (que es muy malpensado) puede tener la tentación de pensar que con el modelo anterior, los eurodiputados que ya viajaban en turista, se beneficiaban del pago por desplazamiento, y “su” ahorro, en lugar de ser cívico, acababa en “sus” bolsillos… y aún se puede pensar (por puro malo que es uno…) que erradicada la manera de sacar tajada, aquéllos, hayan pensado que para poca salud ninguna, y que “si me jodo yo, se joden todos”.
Y así, se me ocurre que tiene toda la pinta de que el comunista portugués (Miguel Porta) que presentó la moción para acabar con los “lujosos” viajes de sus compañeros, ya viajaba en turista antes. Y que el hecho de que su petición venga cuando ya no puede sacar tajada de sus ahorrillos, hace que llegue tarde, y además sea impresentable y de mal compañero, porque obliga a todos a viajar de la manera que quieren unos pocos. Y a lo mejor, por eso, los eurodiputados votaron así y no de otro modo (402 votos a favor, 216 en contra y 56 abstenciones).
Además, sabemos (mal que bien todos hemos comprado algún billete de avión alguna vez en la vida) que hay multitud de razones que pueden hacer que un vuelo sea más caro o más barato. Y puede darse el caso, como sucedió a Carlos Iturgáiz el otro día, que en el cambio de un billete business a turista le saliera más caro todavía.
Lo cierto es que la dificultad del momento, el papanatismo y el gusto golosino por la demagogia, hacen que el común de los mortales simpatice, hoy, con un “jeta” portugués (que ni perdía ni ganaba nada con el ahorro que proponía), y que despotriquemos de nuestros eurodiputados españoles, como si fueran unos vividores. Pero, sin llegar a dejarme llevar por las manipulaciones bruselenses, lo cierto es que es un justo castigo a su falta de sensibilidad para con los ciudadanos a los que representan (que estos días hemos tenido que hacer sacrificios similares o peores), su falta de habilidad al explicarse, y un equivocadísimo sentido quijotesco (y en algunos casos, chulería) en su autodefensa, que ha irritado y con razón a los escamados contribuyentes.
Puestos a especular de manera rimbombante con el dispendio europeo, ¿Por qué quedarse en la mitad? Mi propuesta no se quedaría con el módico recorte del importe de unos cuantos billetes de avión. Yo suprimiría los viajes, las dietas y hasta el Parlamento, todo… ¿Cómo?… Europa tiene la solución, y la usa desde el remoto 1956. La Unión Europea de la Radiofusión de las televisiones europeas creó aquel año, un certamen, mediante el cual se dirimía la mejor canción de la Eurovisión. Y votaban todos los países (ya por aquel entonces) por medio de videoconferencia. “Rayom uní… dús puán”… Pues alá, que los eurodiputados voten por Internet, desde su casita, en zapatillas, y que se dejen de viajar por esos mundos de Dios. Que viajar, es muy malo.
Y muy caro…
2 comentarios:
Para ahondar en el tema, puede verse al "jeta" portugués, azote de los viajes en business, cómodamente apoltronado en una butaca de clase ejecutiva durmiendo en un avión...
Se escuda el muchacho en que la foto es antigua, pero yo me pregunto... ¿Para qué rayos le hicieron una foto a este tipejo, durmiendo en un avión hace dos años?, ¿verdad que no cuadra?... Donde las dan, las toman, ya eres estrella del twitter... Obrigado...
Perdón, olvidé el enlace:
jeta portugués
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