Siempre se dice que la final de consolación, el partido que dirime el tercer y cuarto puesto, debería desterrarse del deporte, puesto que no sirve de consolación, y además, maldita la gracia que hace jugarlo.
Pero para más INRI, imaginad haber perdido la semifinal en un torneo de lucha de marines americanos. Probablemente te hayas llevado una somanta de palos, que te han privado de llegar a la final, y en dura lucha con el otro agraviado, consigues, con sudor y lágrimas, el trofeo de bronce que te acredita como el tercero en discordia en el podio… Y te entregan eso. ¿No es para romper a leches con los organizadores? ... Si el trofeo al tercer clasificado era así... ¿Cómo sería el del ganador?
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