martes, 11 de mayo de 2010

LA CONSULTA

Al alcalde le ha dado por preguntarnos qué queremos hacer con la Avenida Diagonal. No se nos preguntó cuando nos definieron como “antitaurinos”, ni se nos hizo la más mínima consulta por si queríamos esa cosa que se llama bicing, no hubo referéndum para las zonas azules y verdes de pago por aparcamiento, ni para bajar a 80 los límites de velocidad de nuestras autovías, el alcalde no nos comentó si queríamos hacer el ridículo presentándonos como candidatos a unos Juegos Olímpicos de Invierno, no se nos ha consultado si era necesario cambiar todos los semáforos de Barcelona, ni se nos está teniendo en cuenta con motivo de la recalificación del Miniestadi del FC Barcelona, por cierto… tampoco se nos pregunta si el sueldo del alcalde y demás ediles es el adecuado para estos tiempos de crisis, o convendría una revisión…

¿Por qué ahora se busca esta complicidad con el ciudadano?, máxime cuando se pretende, burdamente, dirigir el voto hacía una de las opciones, minimizando, o criticando otras, en la carísima campaña publicitaria que ha abordado nuestro equipo consistorial… ¿Por qué mantener entre las tres opciones, la tercera (la de no tocar nada) si no la quiere ver el alcalde ni en pintura? Pues la clave está, precisamente, en la palabra COMPLICIDAD. Busca nuestro edil, cómplices en los ciudadanos para que, cuando después de unas interminables obras, que costarán una ingente cantidad de dinero (que no gastaremos en otras cosas más necesarias), después de inaugurar esa cosa que significaría la extirpación de la principal vía no solo de entrada, sino de SALIDA, de vehículos (privados y públicos), cuando nos demos cuenta de que la cosa no funciona, que la cosa colapsa nuestra ciudad, que la cosa nos imposibilitaría el acometer un futuro metro por la Diagonal, que la cosa en definitiva es una chapuza manifiesta, cuando furiosos nos revelemos buscando a los culpables, el Sr. Hereu nos podría decir, no señores, fueron ustedes los que decidieron la cosa. Esa es la enorme fe que tiene en la efectividad de la macro-obra que promueve.

Para dicha promoción cuenta el consistorio con dos ideas-fuerza que constituyen dos falacias:
  • La primera es que hay que fomentar el transporte público frente al privado. Para ello, ha contado con la inestimable ayuda de los ecopijos  que han protagonizado "imaginativas" comparativas entre el uso del transporte público y privado (como si no se supiera de antemano que 200 coches ocupan más que 5 autobuses. Enhorabuena). Pero esas “demostraciones” encierran una mentira alevósica. Para conseguir que los barceloneses prefieran el autobús al coche, primero, hay que mejorar el servicio del autobús y después, la concienciación ciudadana… no destrozar la Diagonal. Si gastaran todo lo que pretenden en la macro-transformación de la principal vía de la ciudad, en inversión en el transporte público de seis ruedas, tendríamos el mejor servicio de autobuses de Europa. Sin duda.
  • La otra, es que la unión de los dos tramos del tranvía es absolutamente necesaria. El tranvía es un medio de transporte lento para alguien que quiera ir de una punta del Trambesós a la otra punta del Trambaix. No es funcional para trayectos largos. Y por ello, no es un medio de transporte que los expertos denominan “masivo”. O sea, que la unión de los dos tramos es más estética, que técnica.Y además puede resultar que hipoteque la solución (de transporte “masivo”) de Metro por la Diagonal que sí sería la más adecuada, tal y como apunta el ex-alcalde Joan Clos.

Además, la transformación de la Diagonal solo beneficia al tranvía, como medio de transporte, puesto que en ninguna de las opciones se gana espacio para los peatones, y para colmo de males, en una de las dos (la B), se trasladarían (eliminarían, en la práctica) un sinfín de árboles centenarios.

Y puestos a hablar de transporte público o privado: ¿Es Tramnet, la empresa que se beneficiara de esta sustancial apuesta por el tranvía en Barcelona, y una de las principales promotoras de la consulta, una verdadera entidad de transporte público?

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

LA DIAGONAL DE BARCELONA, BULEVAR O RAMBLA.

Rafael del Barco Carreras

11-05-10. La cumbre de la Democracia, por primera vez en la Historia de Barcelona se consulta a los ciudadanos si queremos… ¡ya no me acuerdo…! Si los coches y autobuses por el centro o los lados… o el tranvía por el medio… Bulevar o rambla, que según el diccionario es lo mismo o da igual. Consulten el de la Real Academia de la Lengua Española; bulevar “nombre que se da a ciertas calles, generalmente anchas y con árboles”, rambla “en Barcelona y otras ciudades, calle ancha y con árboles, generalmente con andén central”.
Si Cerdá hubiera consultado sobre el Ensanche con la tendencia actual al naturalismo o “desarrollo sostenible”, “els verds”, Barcelona seguiría amurallada a lo Ávila o Lugo, ¡un sueño! Los magníficos campos y huertas del suave declive desde Collcerola al mar disfrutarían de sus arroyuelos y pozos. Una rica campiña. Sarriá, Gracia u Horta, bucólicos pueblos. Aunque sin televisión, u ordenadores e Internet para votar, las voluntades son de difícil predecir.
Lo que a buen seguro no se hubiera votado, ni menos a ninguno de los últimos y “democráticos” alcaldes socialistas se les ocurrió consultar, es sobre el Gran Fraude Inmobiliario de la nueva Diagonal desde la Plaza de las Glorias al mar, DIAGONAL MAR - FÓRUM.
Alguien se figura una consulta donde propusieran a la ciudadanía:
Opción A; construir una nueva ciudad con miles de pisos cuyos precios oscilarían entre los 400.000 o 700.000 euros y 2.300.000 más amarres. Disparate ajeno a cualquier posibilidad de mercado.
Opción B; dejar que el crecimiento vegetativo de Barcelona más las inversiones públicas crearan las viviendas necesarias para que cientos de miles de jóvenes optaran a su primer piso a un precio posible.
La ruina actual, que sumándose a la depredadora política global española ha conducido a un desastre de paro y quiebras que amenaza y obliga a la ZONA EURO a inyecciones masivas de nuevos euros que no se destinarán a nada productivo sino a mantener flotando la QUIEBRA GENERAL.
Al día siguiente de que la Merkel amenace a España, en Barcelona se monta un festival electoralista con incluso problemas informáticos, ni de lejos atribuidos a hackers piratas como anunció el Ayuntamiento, y mucho aire festivo.
Unos milloncejos de euros tirados por la ventana a beneficio de publicistas, propagandistas y chupópteros del entorno del socialismo catalán. Las teles y prensa locales parecen en gran campaña, facturando… y felices.
El único problema que no tiene Barcelona, su DIAGONAL, convertido en puro folklore, y lo que es peor, un futuro presupuesto de 200 millones de euros, que se doblará como todas las obras públicas, para nada.

 
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