de la elegante Berlín,
protagonizó un motín
(vaya viejos inhumanos)
atando de pies y manos
al humilde consejero
que malgastó sus dineros…
Uno con crisis cardiaca
redujo con el taca-taca
al taimado financiero.
Al tirarlo al maletero,
cometieron un error:
No quitarle al asesor
el móvil, ¡Qué chapuceros!,
y todos, viejos y viejas,
acabaron entre rejas.
“Un plan brillante destroza
el haber sido un carroza”:
Apliquen la moraleja.
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